Habitan las infinitas tardes giraluneras, 60 adolescentes a contraturno del liceo, la UTU y otros trayectos de enseñanza formal, participando de nuestros talleres, con diversas propuestas.

Nuestros espacios educativos están pensados para fomentar la creatividad, la autonomía, la asunción de responsabilidades, facilitar el encuentro y la construcción de grupalidades en las cuales se vivencie el respeto, el cuidado del otro, la seguridad de sentirse plenamente parte. Estos espacios son una búsqueda de tallar en la subjetividad de quienes por ellos transitamos, a partir de la plástica, la danza, la música, la percusión, el canto, la actuación, la recreación, la cocina saludable, el apoyo pedagógico, ¡y más!